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lunes, 15 de abril de 2013

"NO MATARÁS...DIOS es grande y te lo manda"...Hermit Gosnell, el carnicero de satanás...MUTILABA A LOS NIÑOS QUE SEGUÍAN VIVOS TRAS UN ABORTO...


MUTILABA A LOS NIÑOS QUE SEGUÍAN VIVOS TRAS UN ABORTO

Silencio mediático en EE.UU ante el juicio al carnicero abortista Hermit Gosnell

Cuando la policía entró en la clínica abortista del doctor Hermit Gosnell se encontró un espectáculo dantesco: Pies de niños y médulas espinales cortadas, cuerpos enteros guardados en cajas y congeladores en el sótano. Una auténtica carnicería. Los restos eran tanto de fetos abortados poco antes de nacer como de niños que consiguieron sobrevivir al aborto y que fueron igualmente mutilados y asesinados. Sin embargo, los medios de comunicación de EE.UU apenas informan del juicio contra este asesino en serie.
13/04/13 10:01 AM | Imprimir | Enviar
(Javier Lozano/Libertad Digital) Los asesinos en serie, y más si las víctimas son niños, son un filón para los medios de comunicación, que se vuelcan en la cobertura de estos hechos. Al morbo por conocer los motivos del asesino se unen las características de las víctimas. Hay casos muy sonados de asesinos en serie que han tenido gran repercusión en los medios de comunicación de Estados Unidos, como los de Jeffrey Dammer, que asesinó a 17 niños y hombres en Milwaukee y Chicago entre las décadas de los 70 y los 90 o el de John W. Gacy, que violó y asesinó a 33 niños y hombres durante los 70 también en Chicago. Todos ellos tuvieron una cobertura mediática extraordinaria.
Sin embargo, en estos momentos se está produciendo el juicio contra el asesino de cien niños ya nacidos ante el silencio absoluto de los principales medios de comunicación. ¿Cuál es el motivo para este silencio?
El caso se remonta a 2011 cuando el doctor Kermit Gosnell fue arrestado en Filadelfia acusado en principio del asesinato de siete recién nacidos y de una joven madre. Pero las pruebas van más allá y las víctimas pueden superar el centenar de asesinados ya nacidos y cuyos restos se han encontrado esparcidos por varios puntos de la clínica como si fuera una carnicería.
Un auténtico asesino en serie que, sin embargo, no es conocido por la mayoría de los norteamericanos puesto que no ha llegado a ellos ni a través de las pantallas de sus televisiones y ni en el papel de sus periódicos. Básicamente, no se ha informado sobre el asunto.
Por ello, varios medios y algunos políticos provida están denunciando este silencio mediático y están dando a conocer los detalles del juicio y los testimonios que ratifican el asesinato de hasta cien personas.
Según el sumario, la Policía halló en la clínica numerosos restos de bebés. Pies de niños cortados y cuerpos enteros guardados en cajas y congeladores en el sótano. Además, las médulas espinales habían sido cortadas. Una auténtica carnicería.
El juicio comenzó sobre el asesinato de siete niños una vez nacidos y de una madre que una vez abortó. Sin embargo, el testimonio de los testigos, entre los que se encuentran trabajadores, hablan de un total de cien niños asesinados fuera del útero durante unos 30 años. Es decir, cifras que le colocarían como uno de los asesinos en serie más sanguinarios de Estados Unidos.
El silencio es tal por parte de grandes medios como NBC, CBS o CNN e incluso de las agencias de noticias, que los televidentes han escrito a dichos medios pidiendo explicaciones de por qué se ha dado «cero cobertura» al juicio contra Gosnell.
En este sentido, Associated Press, no ha aplicado la palabra «aborto» a los temas relacionados con Kermit Gosnell por lo que cualquier usuario que busque en la web este término no hallará nada del acusado de matar a cien niños.

Terribles testimonios de algunas mujeres

Por todo ello, los terribles testimonios que se están escuchando en el juicio tampoco están teniendo trascendencia. De hecho, la Oficina del Fiscal del Distrito de Filadelfia afirma que «nacieron bebés viables y Gosnell los mató tras clavarles las tijeras en sus médulas espinales. Él enseñó a su personal para que hicieran lo mismo».
Mientras tanto, acumulaba partes y cuerpos enteros en el interior de la clínica. En las declaraciones también se pudo escuchar esto: «los muebles y las mantas estaban manchados de sangre. Los instrumentos no habían sido esterilizados correctamente. Los suministros médicos desechables no fueron eliminados sino que se reutilizaron una y otra vez».
Además, añadían que «la salida de emergencia estaba cerrada con candado y esparcidos por todas partes, en los armarios, en el sótano, en un congelador, en frascos y bolsas y recipientes de plástico estaban los restos fetales. Era un osario de bebés».
También aparecen los testimonios de algunas madres forzadas a abortar y maltratadas por Gosnell. Robyn Reid no quería abortar cuando se quedó embarazada con quince años. Su abuela la llevó a la fuerza y la joven pensaba que, tras explicar al doctor que quería continuar el embarazo, éste le escucharía. Pero la respuesta del Gosnell fue otra: «¡no tengo tiempo para esto!». A continuación le quitó la ropa y forcejeó con ella hasta que consiguió atarla a una camilla sucia mientras la sedaban hasta perder el conocimiento.
Algo similar le ocurrió a Davida Johnson en 2001 cuando acudió a la clínica del acusado a abortar, embarazada ya de seis meses. Pero cambió de idea tras observar a otras pacientes de Gosnell, aturdidas y ensangrentadas en la sala de recuperación. Sin embargo, en la sala de tratamiento el personal del médico hizo caso omiso a su negativa,fue agredida e igualmente sedada. Al despertar ya no estaba embarazada.
Como estos testimonios hay muchos más, igual o incluso más duros, pero que no han podido llegar a la gran opinión pública por el apagón informativo en este asunto, lo que se diferencia de las noticias más que anecdóticas y superfluas que se dan cuando se producen crímenes llamativos en los que hay varios muertos.
15/04/2013 - Vida y bioética
El médico estadounidense Kermit Gosnell: el asesino en serie de cien recién nacidos
A punto de concluir el juicio contra este médico abortista, que asesinaba a recién nacidos que sobrevivían a sus abortos tardíos. Los medios de comunicación de Estados Unidos silencian el proceso
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El médico abortista Kermit Gosnell se podría enfrentar a la pena de muerte
ForumLibertas.com
El juicio contra el médico Kermit Gosnell, acusado de asesinar a bebés que sobrevivieron a los abortos tardíos que practicó en su clínica de Filadelfia, ha destapado el horror del negocio del aborto con la aparición de fotografías de bebés decapitados y cuerpos cercenados en su ahora llamada “casa del terror”.

Según informa Aciprensa, durante el juicio se han escuchado terribles testimonios de ex trabajadores y hasta cómplices de Gosnell que aseguran haberlo visto matar bebés recién nacidos con más de 24 semanas de gestación –unos 7 meses- para “terminar” los que consideraba abortos inconclusos.

En el juicio se han presentado diversas pruebas gráficas que confirman la decapitación de estos bebés que sobreviven a los abortos, ante el silencio prolongado de los grandes medios de comunicación que han optado por no informar a la opinión pública sobre estos hechos.

La falta de cobertura en los medios de alcance nacional ha generado protestas y críticas de líderes pro-vida, congresistas y periodistas profesionales.

El congresista republicano Chris Smith llevó el caso al Pleno de la Cámara de Representantes el jueves 11 de abril, denunciando lo que él llamó un "encubrimiento de los medios nacionales " del juicio de Gosnell, quien está acusado de los asesinatos en primer grado de siete niños nacidos vivos después de un aborto fallido.

Una censura incomprensible

"A día de hoy, los medios de comunicación nacionales siguen desinteresados, indiferentes. ¿Por qué la censura?” El juicio sobre la ‘casa de los horrores’ de Gosnell "no atrae” a la prensa, afirmaba Chris Smith.

El congresista describió cómo el juicio Gosnell está plagado de "testimonios impactante de decapitaciones, abusos, muerte y partes humanas envasadas”.

Gosnell está acusado de siete cargos de asesinato en primer grado por la muerte de los niños que presuntamente fueron asesinados después de abortos que sobreviven en su clínica de Filadelfia.

El abortista también enfrenta un cargo de asesinato en tercer grado por la muerte de 2009 de una mujer de Virginia que murió después de que sus empleados de la clínica le administraran una sobredosis de un medicamento.

Nueve empleados de la clínica también enfrentan cargos estatales y federales por sus acciones en la clínica. Algunos han confesado asesinato en tercer grado y el uso de prescripciones firmadas por Gosnell para vender medicamentos en las calles. El juicio de Gosnell comenzó 19 de marzo y podría enfrentar la pena de muerte si es declarado culpable.

El ex empleado Stephen Massof brindó su testimonio en la corte a principios de abril, y dijo haber visto a unos 100 bebés nacer vivos. Dijo que los trabajadores de la clínica cortaron la parte posterior del cuello de los bebés para asegurar su "desaparición".

Massof le dijo al jurado que el procedimiento era "literalmente una decapitación" para separar “el cerebro del cuerpo". A Massof se le declaró culpable de asesinato en tercer grado de dos recién nacidos.

Sherry West, una ex empleada de Gosnell, testificó que escuchó a un niño "gritando" después de haber nacido en la clínica de Gosnell en Filadelfia. "No puedo describirlo. Sonaba como un pequeño alienígena", dijo sobre el bebé, que medía entre 18 a 24 pulgadas.

Gosnell conservaba los pies cercenados de los bebés no nacidos en frascos de muestras, alegando que le servirían para una futura identificación o muestras de ADN. Sin embargo, un experto testificó en el juicio que nunca se ha oído hablar de esta práctica, según informa el medio Philadelphia Inquirer.

Salvo por las noticias aparecidas en medios locales de Pennsylvania y Delaware, donde Gosnell también operaba una clínica, los medios nacionales casi no han cubierto el caso.

En los últimos dos días se publicaron varias columnas de opinión y editoriales sobre el juicio Gosnell y su falta de cobertura de los medios. Lo que ha suscitado una gran reacción en las redes sociales.

“Montones” de víctimas de la abortista “Casa del Horror” hablan de abortos forzados, de lesiones para toda la vida

28/01/2011
Patrick B. Craine
FILADELFIA, Pennsylvania, 28 de enero 2011 (Notifam) – “Montones” de víctimas del abortista Kermit Gosnell, de Filadelfia, están presentándose después de su arresto la semana pasada, dice la Fiscal de Distrito de Pennsylvania. Muchas mujeres están detallando las horribles atrocidades en los medios de comunicación, con algunas de ellas acusando que él inclusive las obligó a abortar a sus hijos.
Una mujer, Robyn Reid, le dijo a ABC News que ella había planeado escabullirse cuando su abuela llevó a la entonces embarazada de tres meses, que tenía 15 años de edad, a la clínica de Gosnell, el 31 de enero de 1998. “Cuando dije no, el doctor se trastornó y terminó quitándome la ropa y golpeándome, mis piernas estaban atadas al estribo”, dijo ella.
“Yo estaba completamente vestida. En realidad él procuró quitarme la ropa y atarme a la cama médica”, siguió diciendo ella. “Simplemente recuerdo mi último pensamiento… apreciando la luz y pensando ‘no te duermas’”.
En medio de la lucha de 30 minutos, ella dice que el abortista le aseguró que “ésta es la misma atención médica que le daría a mi propia hija”.
Reid dijo que las drogas que Gosnell le dio a ella eran tan fuertes que la postraron durante 12 horas, y que ella fuera llevada dormida a su casa por su madre y su tía. “¿Daría usted a alguien eso pequeño que me dejó postrada durante 12 horas? ¿Qué hubiera pasado si yo hubiese muerto?”, preguntó ella.
Gosnell, de 69 años, fue arrestado el miércoles pasado por ocho casos [count] de asesinato, lo cual incluyó cargos por asesinar a siete bebés que habían nacido vivos y un caso [count] por la muerte de una refugiada nepalés de 41 años de edad, Karnamaya Mongar, a causa de un aborto chapucero.
Su arresto fue consecuencia de la publicación de un Informe del Gran Jurado, cargado de fotos, de 281 páginas, que detalló las prácticas escalofriantes de Gosnell, incluyendo el asesinato de lo que los trabajadores de la clínica testificaron fueron “cientos” de niños recién nacidos vivos, que respiraban, quebrando su médula espinal o cortando su cuello.
“Yo dije ‘no quiero hacer esto’ y él me golpeó. Ataron mis manos y brazos y me dieron más medicación”, contó a The Associated Press  Davida Johnson, quien fue a ver a Gosnell en el 2001.
En unos pocos meses, la entonces joven de 21 años de edad comenzó a sufrir dolores ginecológicos, y supo entonces que había contraído una enfermedad venérea. Dijo que ahora sufre una enfermedad permanente no identificada, y que desde entonces ha padecido cuatro abortos involuntarios.
Comentando el horrible tratamiento que Gosnell aplicaba a los bebés, Johnson preguntó: “¿Qué le hizo al mío? ¿Lo apuñaló en el cuello? Porque yo estaba fuera de todo ello. No sé lo que le hizo a mi bebé”.
Gosnell ha enfrentado 46 demandas civiles en el pasado, le informó la oficina del Fiscal de Distrito de Pennsylvania a ABC News, y se están presentando más y más víctimas. “Los teléfonos están sonando sin descanso. Hay un número grande mujeres”, dijo Christine Wechsler, la Fiscal de Distrito.
LaToya Ransome le dijo a CNN que su aborto en julio de 2007, efectuado por Gosnell, la dejó discapacitada. “Fueron los instrumentos que él utilizó… para hacer el aborto”, dijo ella. “No estaban esterilizados, lo cual me provocó una infección llamada endocarditis”.
Dijo que “el 31 de agosto de 2007 tuve una cirugía a corazón abierto”. En octubre de 2007 estaba discapacitada, lo que significaba que yo no podía hacer nada por mí misma, cuidar de mi hijo, cuidar de mí misma, alimentarme, vestirme, no podía hacer nada de eso”.
“Él está loco y es negligente. No tenía… ningún tipo de sentimientos de lo que hace a esas mujeres y a esos bebés”, agregó.
Nicole Gaither, de 38 años de edad, le dijo a ABC News que ella experimentó un dolor intensísimo y que sólo podía sentarse con dificultad después que en el año 2001 Gosnell abortó su bebé de cinco meses de gestación. Supo después que el abortista había dejado dentro de ella partes de su bebé. Cuando ella volvió, él extrajo los restos sin aplicarle anestesia. Luego él dijo: “Levántese, usted no tiene tanto dolor”.
“Yo simplemente estaba recostada en la mesa y llorando, sólo le pedía al Señor que pusiera fin a todo esto”, dijo ella.
El Informe del Gran Jurado llevó al cierre del Departamento de Salud de Pennsylvania y de otras agencias gubernamentales del Estado por desviar la mirada ante las prácticas de Gosnell, a pesar que conocían denuncias y demandas contra el abortista.
Según el Gran Jurado, el Estado dejó de inspeccionar las instalaciones abortistas en 1995, bajo la administración del ex gobernador de Pennsylvania, Tom Ridge, un católico pro-aborto. Las inspecciones fueron retomadas en el año 2010 por el entonces gobernador Ed Rendell.
“El Departamento de Salud de Pennsylvania decidió abruptamente, por razones políticas, dejar de inspeccionar las clínicas de aborto”, dijo el Gran Jurado. “Con el cambio de administración del gobernador [Robert] Casey al gobernador Ridge, los funcionarios concluyeron que las inspecciones serían como ‘poner una barrera a las mujeres’ que desean abortar… Inclusive los salones de manicura en Pennsylvania son controlados más estrictamente para seguridad de los clientes”.
El informe también involucró a la Federación Nacional del Aborto, que dejó de denunciar a Gosnell a las autoridades, después de constatar numerosas violaciones durante una evaluación como parte de una solicitud suya para ser miembro de la Federación y que fue rechazada.
Las autoridades sólo descubrieron la horrible operatoria de treinta años de Gosnell cuando allanaron sus instalaciones por una droga médica.
Hoy, la organización de activistas pro-vida Operation Rescue resaltó que la clínica para abortos de Gosnell es simplemente una de las pocas “casas del horror” que deben ser cerradas, cuando distribuyeron un informe exponiendo la conexión de Gosnell con la Clínica Delta, de Baton Rouge (Louisiana).
El informe, dice el grupo, revela una “trama de muerte” entre Gosnell, la cómplice Eileen O’Neill y el propietario de la Clínica Delta, Leroy Brinkley, quien también es dueño de la clínica abortista Atlantic Women’s Services, en Wilmington, Delaware. Gosnell estuvo empleado en ésta última un día por semana, y O’Neill, quien pretendía ser una médica graduada, fue empleada tanto por Gosnell como por Brinkley. Fue arrestada la semana pasada junto con Gosnell.
El informe también involucra de Nuevo a la Federación Nacional del Aborto, que afirma que las instalaciones de Louisiana y Delaware de Brinkley son miembros prominentes.
Un grupo de abogados ha amenazado plantear una demanda contra el Departamento de Salud y los hospitales de Louisiana si no ordenan inmediatamente el cierre de la Delta Clinic por violaciones que reflejan las condiciones escuálidas encontradas en la clínica abortista de Gosnell en Filadelfia.
“Ciertamente, la clínica de Gosnell no es la única ‘casa del horror’ que está operante. Él es simplemente uno de los pocos que han sido capturados”, dijo Troy Newman, presidente de Operación Rescate. “Las condiciones y prácticas horribles existen en la mayoría de las clínicas abortistas, y de hecho todavía tenemos que encontrar una que cumpla con las todas leyes”.
Agregó que “sin embargo, podemos tener esperanza en el hecho que las condiciones políticas que han ignorado y dado cobertura a los abusos del aborto están cambiando, y el arresto en Filadelfia de la banda criminal de Gosnell son un testimonio de ello”. “Pero todavía hay un camino muy largo para recorrer, tal como muestra el informe”.
Versión original en ingles en http://www.lifesitenews.com/news/house-of-horrors-victims-allege-gosnell-forced-them-into-abortion
Traducción por José Arturo Quarracino

"NO MATARÁS"...Hermit Gosnell, el carnicero de satanás...MUTILABA A LOS NIÑOS QUE SEGUÍAN VIVOS TRAS UN ABORTO...Comentado y publicado por Miguel...

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